Este artículo presentó un desafío a la utilización generalizada de incentivos, para los campesinos, en los proyectos de foresteria comunitaria. En el proyecto de PROFOR en Bolivia, los incentivos tales como los alimentos a cambio de trabajo y la construcción de caminos crearon nuevos problemas, incluidos la indiferencia hacia los objetivos de la foresteria, el afianzamiento del paternalismo en lugar de la participación, y el surgimiento de conflictos entre los beneficiarios. En general, los proyectos forestales ofrecían incentivos con mucha autocomplacencia, que solían revertir más en perjuicio del proyecto que en beneficio de sus clientes. El autor llegó a la conclusión de que se deberían llevar a cabo análisis de costo-beneficio ex-ante mucho más rigurosos. Entre otras cosas, cuestionó el paradigma de que se debía intentar fomentar la sostenibilidad autónoma de las comunidades rurales. Quizás los programas de desarrollo tendrían que mantener subsidios a largo plazo para pagar por exterioridades valoradas a nivel nacional (por ejemplo, la protección de cuencas).