Uno de los principales motivos para la conservación de los bosques pluviales sobrevivientes de África Occidental es su estado prístino, pues supuestamente no habían estado sujetos a intervenciones humanas - o éstas habían sido mínimas - hasta hace pocas décadas. En uno de sus primeros artículos sobre este tema, los autores utilizaron la reserva forestal para la biosfera de Ziama, Guinea, como estudio de caso, con el objeto de mostrar que tales bosques pueden tener una larga historia de uso nómada intensivo y que la gestión humana puede haber impulsado la propagación de los bosques a las superficies de sabanas. La política moderna de conservación para Ziama caracterizaba al crecimiento de la población como el factor más importante para la invasión de estas tierras, sin tomar en consideración el efecto de las reivindicaciones históricas de la población local sobre las tierras, que aún gozan de gran fuerza. Los autores recomendaron que los agentes de la conservación deberían reconocer que la historia social y ecológica, y las prioridades actuales de los interesados locales, determinan la estructura preponderante del paisaje.